En un mundo que ha acelerado de forma esporádica su proceso de digitalización, sólo aquellos que son capaces de adaptarse a las transformaciones tecnológicas sobreviven y triunfan, tanto en el campo laboral como en el personal e, incluso, en el educativo.
“La clave, para personas y organizaciones, es ver esta transformación como una oportunidad que permita combinar inteligentemente prácticas y formas de hacer que nos siguen dando resultados con nuevas técnicas y habilidades que nos conecten con los resultados del futuro” (Magro, 2014).
En su libro titulado como “8 competencias digitales para el éxito profesional”, Carlos Magro desarrolló las 8 habilidades necesarias para prosperar en este nuevo mundo digital. Estas las había dirigido especialmente a las empresas pertenecientes al sector económico; no obstante, también pueden ser aplicadas a uno de los sectores más importantes de todos los tiempos: el educativo.
Con motivo de que las instituciones educativas obtengan un desarrollo progresivo y fructífero en el nuevo mundo digitalizado en el que se están desarrollando, es necesario tener en cuenta la presencia inminente de lo siguiente:
- Conocimiento digital, que se caracteriza principalmente por tener la capacidad de desarrollarse económicamente en un entorno electrónico.
- La gestión de información, cuyo centro de importancia radica en la capacidad de la obtención y análisis de la información, para su posterior publicación en los distintos contextos digitales, tanto en redes sociales como en las plataformas de interacción virtual con los estudiantes.
- La comunicación digital, cuyo fin está en comunicarse de forma eficiente en el medio digital mediante las diferentes redes sociales existentes, manteniéndose relevantes, permanentes y pertinentes, distribuyendo la información de manera correcta.
- La capacidad para colaborar y cooperar en entornos digitales. Esto se refiere principalmente al trabajo en equipo que deben realizar todos los miembros de las instituciones (rectores, docentes, coordinadores, etc.), a través de las plataformas virtuales y espacios de comunicación digital, como whatsapp o messenger, haciendo uso adecuado del lenguaje para una conversación efectiva.
- La dirección de la institución hacia el entorno digital mediante una meticulosa estrategia en la que se comprendan todos los espacios posibles dentro del medio, como redes sociales, foros interactivos, la página web, plataformas de reunión en la web, etc.
- La capacidad de liderar en redes y distribuir los roles dentro de las mismas. Aplica principalmente a la facultad que debe tener la institución para moderar e incentivar a los estudiantes a participar de forma activa en las diferentes redes sociales que maneje la comunidad, teniendo en cuenta a los alumnos destacados socialmente, con motivo de que ayuden en la creación de contenidos que motiven a los demás.
- Interacción constante con los estudiantes y sus padres, haciendo uso de las redes sociales para hacerlo.
- Comprensión tanto con los padres como con los estudiantes. La empatía es imprescindible en estos momentos, pues las familias también se han visto inmersas en una serie de cambios repentinos que las han llevado a la adquisición de nuevos hábitos y estilos de vida.
Con estas competencias, aplicadas en su totalidad, los colegios continuarán fomentando el desarrollo óptimo del aprendizaje en los estudiantes. De igual forma, su presencialidad, al ser mayor en las redes sociales, generará una notoriedad significativa de las instituciones, lo que podría llegar a resultar en un aumento considerable de padres de familia interesados en sus servicios educativos, así como de sus hijos, quienes son parte de las generaciones que crecieron en un mundo globalizado por el internet y la nueva era digital.
Fuente: 8 competencias digitales para el éxito profesional.
Autor: Carlos Magro