Hemos hablado ya de las realidades diferentes –puedes buscar nuestro artículo y ver la transmisión de Tiempo en Familia para comprender desde el juego el valor que tiene aceptar y valorar lo distintos que somos, aun si venimos de la misma familia. Sin embargo, parece que, aunque eso sea cada vez más consciente, aún perdemos de vista que la interpretación de las cosas (que termina siendo el 90% de toda la situación) depende de “los ojos de quien las mire”.
Y si vamos un poco más allá, entenderemos que no son sólo los ojos, sino todo el contexto en el que “estén” esos ojos.
Desde Disciplina Positiva se dice que los niños son excelentes observadores pero pésimos intérpretes… a veces pienso que no sólo los niños.
¿Cuántas veces, por estar saturados a causa de un día difícil o en medio de circunstancias inesperadas, vemos los obstáculos como si fueran más grandes…? ¿Cuántas veces nos hacemos ideas de la gente y la juzgamos sólo por el comportamiento que tuvieron un día, sin saber todo lo que implica realmente “vivir en sus zapatos”?
Tratar de ver el mundo desde los ojos de otros, tus hijos, pareja, familiares o compañeros de trabajo… y esforzarte por comprender su contexto, no solo te dejará ver el panorama más completo, sino que te permitirá hacerte más consciente del lugar desde el que estás viendo las cosas.
Recuerda la última vez que algo te salió bien.
Quizá algo que había sido desafiante o difícil de lograr con tus hijos, tal vez culminar un proyecto exitosamente… ¿cómo te sentías? ¿cómo veías las cosas?
Probablemente sentimientos y pensamientos asociados con Ser Capaz llegaron a ti.
Del otro extremo tenemos los momentos de vida donde las cosas parecen más difíciles, donde parece no haber soluciones, momentos en que fallamos… Desde allí el mundo se ve más complejo, tienes menos paciencia, menos tolerancia y así, desde ese lugar -de donde estás viendo el mundo, así tratas a los otros.
La invitación de hoy es a revisar:
¿desde qué lugar estás viendo el mundo, tu trabajo, a tus hijos y su educación? y luego tomar un tiempo para comparar, si ese lugar desde el que estás viendo las cosas, se parece a “la forma en que las cosas se ven”.
Si esto es así, prueba lo siguiente:
- Respira. Antes de responder o actuar frente a tus hijos u otras personas.
- Pregunta. No supongas, evita creer que sabes cómo está sintiendo o pensando el otro o ¿desde qué lugar está viendo las cosas?
- Escucha. Si preguntaste, escucha. En silencio, no solo con tu voz, sino también en tu cabeza, evita traer contraargumentos, consejos o respuestas antes de escuchar con toda tu atención a los otros.
- Comparte. Cuéntale al otro cómo ves tú las cosas, déjale saber lo que piensas y sientes al respecto de una situación.
- Enfoquen juntos en soluciones. Ya con las “cartas sobre la mesa”, encuentren una manera en la que puedan sacar la situación adelante sintiéndose escuchados, respetados y valorados.
Déjanos saber si te ha gustado el artículo, lee el anterior si te lo perdiste y cuéntanos sobre qué quieres hablar o profundizar. NO te pierdas el siguiente artículo y te invito a que nos conectemos al Tiempo en Familia UNOi, vamos a jugar un rato para integrar con amor y risas esta importante invitación a revisar ¿desde dónde estás viendo las cosas?
Por lo pronto te proponemos seguir comprendiéndonos y a los que amamos para que podamos conectar y desde allí prosperar.
Si quieres conocer más sobre educación consciente y más puedes seguirme en @vivianjimenez.trascende