La disrupción puede ser entendida como el proceso por el cual se invalidan nuestras formas tradicionales de tomar decisiones individuales y colectivas (Stiegler, 2016). En particular vinculada al área tecnológica, los algoritmos, capaces de producir análisis cuatro millones de veces más rápido que el cerebro humano, tienden crecientemente a regular nuestros modus vivendi y a generar cortocircuitos. Uno de los principales debates que asoman en el mundo de hoy radica en si tendremos la determinación, así como la capacidad de convocatoria y hacedora para orientar las disrupciones emanadas fundamentalmente de la automatización y de los algoritmos hacia una nueva configuración de sociedad solidaria y justa que potencie la inteligencia colectiva, la producción, la circulación y el goce de bienes comunes así como las capacidades de las personas de estar al mando de sus vidas (Stiegler, 2016; Santolaria, 2017; World Economic Forum, 2017).
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1 comentario
Ese tipo de sistemas educativos impuestos desde los entes guvernamentales, muchas veces buscan que los pobladores y los estudiantes no sean mas que boregos de un sistema económico que no quiere descubrir nuevas formas de aprendizaje, que los curriculums y los estandares de calidad sean iguales a los desarrollados por otros estados. lo ideal sería que cada estado desarrollara nuevas formas de aprendizaje que estimularan más la creatividad humana, pero sobre todo que esas personas insertas dentro de ese sistema fuera cada vez humana.