Los primeros educadores que se tienen son los padres. Sus comportamientos y formas de relacionamiento son el ejemplo que siguen los más pequeños durante su crecimiento. Dependiendo de lo que ven, adquieren ciertos criterios de trato, respeto, uso de las cosas y conductas.
Un buen comportamiento en la mesa
Un momento clave para el aprendizaje de los más pequeños es la hora de comer. Aquí no solo se comparten alimentos, sino también historias, anécdotas y planes que se podrían realizar en próximas ocasiones. También es una oportunidad para enseñar buenos modales y costumbres:
- Poner la mesa,
- Lavarse las manos.
- Sentarse bien.
- Empezar a comer cuando los demás estén sentados.
- Utilizar los cubiertos de forma correcta.
- Masticar los alimentos.
- No hablar mientras se come.
¿Cómo tratar a los demás?
La comprensión y el respeto son valores importantes dentro del relacionamiento mantenido con otras personas, ya sean externas o internas al núcleo familiar. Sumados a las conversaciones positivas, aumentan el amor y la empatía entre individuos, y fortalecen las habilidades comunicativas, tanto a nivel oral como en lenguaje corporal.
Algunas ideas para enseñar a los niños a mantener una relación cordial con los demás son:
- Tratar a los demás de la misma forma como nos gustaría que nos trataran.
- Hablar con un tono de voz asertivo.
- Pedir permiso antes de tomar un objeto ajeno.
- Ser puntual.
- Evitar hablar mal de alguien.
- Ser agradecido y dar las gracias.
- Pedir y saber recibir el perdón.
- Escuchar al locutor.
Las buenas costumbres y los valores siempre deben estar de moda en los hogares. Su implementación desde edades tempranas facilita la adquisición de hábitos de relacionamiento saludables que, más adelante, serán de mucha ayuda para desarrollar empatía y asertividad en el ámbito personal y laboral.
Fuente: Compartir en Familia