¿Sabías que el cerebro no aprende siempre por necesidad sino por gusto?
Por ejemplo, cuando una niña o un niño siente emoción por adquirir conocimientos determinados que despierten su curiosidad, les de satisfacción o se identifiquen con sus hobbies, películas o música favorita, aprenden con mayor facilidad. En cambio, cuando las temáticas no les generan ninguna emoción ni sienten que les ayude en su crecimiento o desarrollo personal, tienden a rechazarlas.
Entonces, ¿cómo podemos potenciar el proceso educativo de nuestros estudiantes si no desean aprender ciertos temas esenciales para su crecimiento personal, profesional y familiar? La respuesta está en el cruce entre la emoción, la razón y la motivación.
Acompáñanos el próximo jueves 25 de agosto a las 5:00 p.m., y descubre cuál es la mejor forma de aprovechar la inteligencia emocional para transformar tus clases en espacios óptimos para aprendizajes más reales, completos y emocionantes. De la mano del Presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar, Rafael Bisquerra, aprenderás las claves y estrategias que necesitas para lograrlo.
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Formar y orientar a los estudiantes emocionalmente permite un aprendizaje real y significativo.