Ha sido un viaje maravilloso poder entrar una a una en las emociones básicas, explorarlas y tratar de comprender su mensaje. Aprender de nosotros y nuestras emociones nos da la posibilidad de tomar nuevas y mejores decisiones y desde allí podremos ocuparnos en ser mejores modelos para nuestros hijos y estudiantes.
Así que con la claridad de que las emociones no son ni buenas ni malas, que no son enemigos, que no hay que negarlas, sino por el contrario abrazarlas y abrirnos a escuchar el mensaje que cada una tiene para nosotros hoy vamos a comprender un poco más la importancia que tienen las emociones y el valor de aprender a gestionarlas con inteligencia emocional.
Antes un pequeño recordatorio del mensaje de las emociones:
- Alegría= Conexión con la vida y vínculo
- Tristeza=Conexión con nuestra humanidad y aceptación
- Miedo= Mantenernos a salvo y buscar opciones
- Ira= Autocuidado a través de mantener límites sanos en amor y firmeza
Con este “repaso rápido” -invitándote a que busques los otros artículos y las transmisiones si quieres saber más- vamos a descubrir por qué es tan importante aprender a transitar las emociones de una manera sana.
A diario vivimos -una y otra vez- unos ciclos: A través de las experiencias que vivimos (y experiencias son todas las cosas que nos pasan o nos generamos, como una sonrisa, comer, aprender… todo) tenemos sensaciones y sentimientos como respuesta a esas experiencias (y/o estímulos).
Esos sentimientos que tenemos y el cómo los gestionemos pasan a convertirse en PENSAMIENTOS (sobre nosotros mismos, sobre los otros y sobre el mundo) y esos pensamientos son “el sotware” con el que opera nuestro cerebro (es la información que tiene nuestro genio interno). De esa información “echamos mano” para decidir y actuar -aunque no lo hagamos de manera consciente, es así como sucede.
Veamos el ejemplo con alguien que siente tristeza, pero no sabe que puede sentirla y en vez de aceptar y agradecer, la niega o la reprime. Esta persona va generando pensamientos que le desconectan de su sensibilidad o podrían decirle que debe acorazarse para no sentir tristeza de nuevo… eso podría llevarle a:
- Pensar de sí mismo, que es débil…
- Pensar de los otros, que son malos…
- Pensar del mundo, que no merece la pena…
¿Cómo empieza a comportarse una persona que piensa de esta manera? ¿Tendría buen comportamiento? ¿ganas de contribuir, de aprender, de vivir?
Por eso es tan importante aprender a recibir las emociones como vienen y procesarlas, gestionarlas, transitarlas o ABRAZARLAS, para escuchar su mensaje, aprender de ellas y no dejarnos bloquear o que generen o refuercen pensamientos que nos lleven a dudar de nuestras capacidades, de la fe en la humanidad y que nos impidan creer que el mundo es un lugar donde todo es posible.
¿No es acaso lo que queremos para nuestros hijos, que crean en sí mismos, en los demás -con prudencia- y que vean un mundo como un lienzo en blanco para pintarse la vida que sueñan contribuyendo al vivir en propósito?
Déjanos saber si te ha gustado el artículo, lee el anterior si te lo perdiste y cuéntanos sobre qué quieres hablar o profundizar. NO te pierdas el siguiente artículo y te invito a que nos conectemos al Tiempo en Familia UNOi, para aprender más sobre este ciclo de la experiencia que determina un gran porcentaje de nuestros resultados.
Por lo pronto te proponemos seguir comprendiéndonos y a los que amamos para que podamos conectar y desde allí prosperar.
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