Continuando con nuestra serie de emociones en este mes, hoy tenemos una invitada bastante despreciada: La ira
No puedo comenzar sin decir que ésta es una de mis emociones favoritas. Y lo es porque es la que más me ha requerido trabajo y me ha brindado un amplio “campo de entrenamiento” en la maternidad.
La ira es una emoción que está muy conectada a nuestro cerebro primitivo y en el fondo también busca protegernos, pero de una forma distinta al miedo. Es como una alarma para decirte que algo es “potencialmente peligroso” aunque no lo parezca.
Juguemos de nuevo a imaginarnos esta emoción, el miedo como un mensajero, ¿qué mensaje crees que trae para ti?
(Recuerda que puedes ir a los artículos y las transmisiones del tiempo en familia donde hablamos de la Alegría, Tristeza y Miedo y, estar pendiente de nuestra última entrega del mes, para aprender más sobre las emociones)
La ira que puede tener múltiples manifestaciones y generalmente va en escala; pero siempre tiene un mensaje central que es vital atender a tiempo para evitar grandes desastres.
Lo que esta emoción viene a decirnos es que hay un límite que ha sido traspasado.
Y es que, si lo pones en perspectiva, un límite que se traspasa puede ser aparentemente inofensivo, pero cuando se sigue irrespetando por largo tiempo o con más intensidad, las consecuencias pueden ser nefastas.
El ejercicio de la paternidad y la docencia nos exige a veces cosas en las que nuestros límites son puestos a prueba diariamente, y debemos trabajar de manera decidida y consciente en elegirlos con sensatez, amor y firmeza.
Sin embargo, a medida que nuestros hijos o estudiantes crecen, los límites deben ser revisados y transformados para permitirles el desarrollo de su autonomía y que entrenen la capacidad de tomar decisiones; pero, en algunos casos, resulta todo un desafío encontrar el punto medio entre aquello frente a lo que debemos flexibilizarnos y aquello ante lo que no deberíamos ceder.
“La hora de dormir, comer o no, cómo vestir, de qué manera y en qué orden hacer las cosas…” todos estos mini-entrenamientos diarios pueden quitarnos la energía y la claridad para revisar cuáles son aquellos puntos de fondo donde los límites deben mantenerse firmes. Por eso hoy quiero invitarte a practicar 5 pasos que pueden ayudarte a abrazar la ira -si la estás experimentando, para decidir cómo tomar acción sobre el mensaje que ella trae para ti y que de esa manera lo puedas enseñar a tus hijos o estudiantes -y a las demás personas a las que amas.
- Cada vez que venga la ira, detente y revisa qué límite has permitido –sin culpar a otros– que alguien traspase.
- Comienza a pensar si aquello que te hizo sentir inseguro y fuera de control -un poco amenazado o subvalorado- realmente es algo que merece la explosión que sentiste o manifestaste.
- Calificando de 1-10 la justificación de esa ira (1 fue absurdo enojarme así, 10 es más que justo haber reaccionado de esa manera) y luego califica qué tan útil fue tu reacción.
- Revisando estas puntuaciones, tendrás un panorama que te ayudará a decidir si el motivo de tu ira es algo frente a lo que podrías:
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- Ser más flexible, quizá es parte del proceso de los otros -como el crecimiento y desarrollo de la autonomía de tus hijos.
- Aceptarlo y dejar de enojarte por ello, porque al final no te traspasa a ti ni a tus valores.
- Dejarlo, porque realmente no tiene que ver contigo -el mundo no gira a tu alrededor.
- Si cuando tengas la “cabeza fría -y hayas conectado con el Genio que habita dentro de ti”, aún sientes que algo sigue molestando, porque realmente si se trata de una situación que te está rebasando e irrespetando, elige entre 1 y 3 acciones que tomarás para que ese límite sea restablecido.
Pon en marcha estos 5 pasos y déjanos saber si te ha gustado el artículo, lee el anterior si te lo perdiste y cuéntanos sobre qué quieres hablar o profundizar. NO te pierdas el siguiente artículo y te invito a que nos conectemos al Tiempo en Familia UNOi, para aprender este mes sobre las emociones.
Por lo pronto te proponemos seguir comprendiéndonos y a los que amamos para que podamos conectar y desde allí prosperar.
Si quieres conocer más sobre educación consciente y más puedes seguirme en @vivianjimenez.trascende