Recordándote que creo que todos tenemos como mínimo estos dos lados, de luces y sombras, quiero continuar contigo con esta maravillosa exploración y por eso te animo a darle una mirada reflexiva a los 3 siguientes puntos.
Decidí dejar estos tres, porque siento que se conectan y se acompasan… y porque el último se merece su propia entrada!!!
- 1. Educando desde la motivación y la confianza: En ésta línea, conectaremos el amor con la motivación, como algo que nos mueve hacia adelante (o arriba) con una fuerza que nos anima a crecer, a aprender, a Hacer y Ser cada vez un poco mejor.
Cuando una persona conecta con sus motivaciones más profundas (no las de otros: ni padres, maestros, pareja… jefes, etc), se abren posibilidades infinitas de creación, satisfacción, servicio y realización.
Cuando educas desde tus motivaciones, disfrutas a diario la oportunidad de ser guía, luz, maestro y aprendiz en éste proceso. Vives por ti y te permites disfrutar de tu vida, siendo ésta la mejor estrategia de formación para lograr sembrar en tus hijos ese deseo por conectar con sus motivaciones y tener una vida con propósito.
Adicionalmente, si nutres esas motivaciones con confianza, en ti y en que lo que haces lo haces desde el amor (respetuoso y no asfixiante-que ya sabes que es temor); confianza en que eres el padre o la madre que tus hijos, merecen y necesitan; confianza en tus hijos: en que son capaces y valiosos, y que tienen como insumos todo lo que tú has sembrado en ellos; y finalmente confianza en el proceso de la vida como un camino lleno de oportunidades de aprendizaje, crecimiento y plenitud, la experiencia de educriar no será menos que satisfactoria
- 2. Educando desde mi perspectiva (mi realidad o lógica privada) o desde la empatía: “Ponerte en los zapatos del otro”, trillada pero reveladora. Ésta frase nos permite reflexionar sobre otro lugar desde el que podemos estar educando: ¿realmente veo a mis hijos durante éste proceso de acompañarles a crecer? O estoy tan mentalizado (enfocado, obsesionado) o incluso tan desconectado que sólo me permito “ver” lo que creo que “es lo mejor para ellos” sin tenerles en cuenta y en ocasiones sin tenerte en cuenta a ti mismo, a tus deseos más profundos, a tus más fuertes motivaciones.
Es fundamental comprender que cada uno de nosotros es un mundo, un ser único y que aunque tengamos puntos en común con otros, tenemos una manera particular de ver y comprender el mundo. Cada ser humano puede ser tan distinto como sus motivaciones y prioridades, tan complejo como su cerebro, tan profundo como sus sentimientos, tan incierto como las posibilidades de que converjan dos veces, los mismos innumerables factores que hacen que un ser humano se convierta en lo que es.
Así que al educar desde la empatía, no pierdo de vista “mi punto de vista”, no me niego a mí mismo (ni tengo que aceptar o hacer todo lo que el otro quiera) sino que incluyo el punto de vista del otro y procuro encontrar puentes entre los dos, teniendo consciencia de que ese puente es parte de un paisaje, existe un entorno y éste también requiere de nosotros y de nuestros hijos determinadas acciones que contribuyen a nuestro bienestar (y el de nuestra sociedad) y es nuestra tarea encontrar maneras respetuosas de llevarlas a cabo, integrando nuestras perspectivas para construir cada día un pedacito del mundo que queremos.
- 3. Educando desde la amabilidad o la firmeza: Seguramente somos “viejos conocidos” de los dos Estilos de crianza más utilizados a lo largo de la historia: PERMISIVIDAD y AUTORITARISMO. Hay tantas posturas y opiniones frente al tema, que nos tomaría un post entero, de manera que para hacerlo concreto, quiero invitarte a revisar si te pidiera que me digas “¿Quién “manda” en casa… cuál sería tu respuesta? Tienden tus hijos a actuar como “reyes (escúchate la canción de Fito Páez-Rey sol)” o más bien tú eres quién adopta ese papel (para el caso de las mamás, ¡algunas podríamos hacer perfectamente el papel de “brujas”!
No es cuestión de ir a un extremo u otro, la clave está en el EQUILIBRIO (creo que para todo en la vida), es vital que aprendas a trabajar en ajustar tu balanza de amabilidad y firmeza para educar desde allí, desde un lugar que vibre en respeto en todas las direcciones (como al AMOR), porque tú mereces respeto (recuerda que eres ejemplo, eres valioso y perfectamente imperfecto), tus hijos merecen respeto, porque son un tesoro, porque son tuyos pero prestados, porque son un reflejo de ti y una parte de lo que le dejarás al mundo; y finalmente, los demás y el entorno también merecen respeto y es con tu ejemplo y guía que tus hijos podrán aprenderlo.
Si te hace sentido lo que hemos compartido hoy y quieres saber cómo puedes integrar esta información a tu rol como padre o madre, Lee nuestro Integro de la semana, para seguir Moviéndote hacia el lugardesde el que quieres educar a tus hijos.
Si aún no lo has hecho -o si quieres repetir, puedes ir a nuestro Soy Ejemplo del mes, para alinearte con EL AMOR LA CONFIANZA Y EL GOZO, que ya están en ti.
Recuerda que Eres Ejemplo, que siempre hay mucho por Aprender y que lo que Aprendes debes Integrarlo. Saca el máximo provecho de las herramientas prácticas que te compartimos en Aplica y finalmente Conecta antes de corregir.