La sobreestimulación del siglo XXI y los posibles efectos en la atención, motivación y curiosidad.
¿Cuáles de estas tres posturas tienen tus estudiantes en clase?
- Brazos cruzados y mirada perdida en la ventana, su mente lejos de lo que intentas enseñarles, porque no les interesa.
- Los brazos ocupando todo el pupitre, cerrados en torno a sí mismo, mientras mantiene la cabeza gacha, oculto de un tema que considera difícil; tiene miedo de que le preguntes y no sepa cómo responder.
- Su cuerpo está estirado hacia ti, sus ojos fijos en el pizarrón, maravillados con lo que les estás mostrando.
Cualquiera de estas posturas las podemos presenciar en clase, especialmente las dos primeras. Los estudiantes sienten que hay temas a los que deben temer o ignorar, ya sea porque no les gustan, son muy difíciles, o porque tienen la falsa sensación de saberlo todo, pues se sobreexponen constantemente a las múltiples fuentes de información y entretenimiento del nuevo milenio.
Surge entonces una importante pregunta: ¿qué debemos hacer para que estas nuevas generaciones nos presten atención, sientan curiosidad y se motiven por aprender?
La respuesta, según nuestro experto en neuroeducación Hernán Aldana, está en entender primero los efectos de la sobreestimulación sensorial a las que nuestros niños, niñas y adolescentes se exponen a diario.
1 comentario
Es la realidad ,todo lo mencionado por el doctor en esta capacitación, pero hay que cambiarle el chips a los padres de familia.